El poemario ATÓPICA, del poeta alicantino Álvaro Giménez García, se alzó con el premio del XXXII Certamen Poético "Ángel Martínez Baigorri" en su edición del año 2015. Editado por el ayuntamiento de Lodosa al año siguiente, tuvo como miembros del jurado a Consuelo Allué, Marina Aoiz, Alfonso Pascal Ros y José Ortega. Quizá no fuera preciso mencionar al jurado (que creo que sí) pero en esta ocasión quisiera mencionarlo que conozco personalmente a Marina y a Alfonso, y conozco su valía como personas y como poetas. Y, más aún, su rigor crítico a la hora de evaluar tanto la poesía ajena como la propia.
Entrando a valorar los aspectos más importantes e interesantes de Atópica, habría que empezar por el subtítulo del mismo: (Versos atópicos para tema y personajes atópicos). Estamos pues, con título y subtítulo, ante una apuesta muy clara de intenciones. Esto es, abordar temas tópicos de la cotidianidad y la literatura, desde la fina ironía, desde una mirada humorística y desde una postura crítica y escéptica ante situaciones que rozan, en ocasiones, el territorio del absurdo.
Poesía escrita con un lenguaje actual, fresco y dinámico; sin más pretensiones (que tampoco se pretenden) que la de abordar y replantear tópicos de una manera, como el autor nos propone, de manera atópica.
El libro está dividido en tres partes y un epílogo: Atopoi, Ab hominum rebus y Ab poetarum rebus.
En la primera se tratan temas más diversos o dispares, mientras que la segunda parte incide en temas relacionados con el hombre y la masculinidad (A destacar el poema "Es cosa de hombres..." como ejemplo de los personajes típicos y tópicos); y sobre los poetas y la poesía en la tercera de las partes.
La cita inicial del libro, de Julia Otxoa: "El secreto de la poesía / pertenece más al náufrago que al navegante", ya nos propone o nos anticipa la intención del poeta. Esto es, la poesía no es gobernable y sólo tienen acceso a ella los que más la necesitan. Luego, que nadie se jacte de dominarla, pues caerán en el tópico de esos poetas que hablan sin decir nada y de los que debemos alejarnos sin miedo
"porque,aunque ellos no heredarán la tierra,
ni ganarán el cielo,
a ti,
si los escuchas,
sí te condenarán al infierno."
(Álvaro Giménez García)
Amén de los poetas que aniquilan la poesía y debemos evitar a toda costa, Álvaro Giménez también aborda temas como el de la vanidad y la fama, los clichés del cine, la vida retirada en insulsos anonimatos, las amas de casa que viven más tiempo fuera de casa que en ella, los economistas como gurús de este inicio de siglo, las relaciones entre hombres y mujeres...
A destacar, entre los temas, los relacionados con la poesía, con los poetas, con los hombres y, naturalmente, con las mujeres. Si en el poema aludido, "Esos poetas que hablan...", se crítica irónicamente a esos poetas que se creen dueños de las palabras y del lenguaje hasta agotarlo, en el poema "Vanitas vanitatum" ahonda en esa vanidad que poseemos la inmensa mayoría de los poetas de ser reconocidos y premiados, primando en ocasiones más el deseo de ser premiado que el propio premio de escribir poesía. O, como en "Revisión del "Locus amoenus" de la playa de mi memoria", el exceso que sufrimos los poetas por idealizar la infancia hasta límites extremos:
"Son muchos los poetasque se llenan la boca y manchan los folios
con el eterno retorno a una infancia dorada."
En cuanto al mundo de las mujeres, y a su conocimiento sobre el pensamiento masculino, el poema "Diagnóstico preciso del alma masculina" es un espléndido poema y un manual antológico de la típica clasificación del arquetipo masculino y de la manera que tienen las mujeres de conocernos, ubicarnos y manejar la situación. Y en el poema "Las mujeres y las letras" el poeta reconoce, como lo hacemos la gran mayoría que, pese a nuestra constante difusión de nuestro amor por las letras, las mujeres lograrán siempre estar por encima de esa pasión.
"En ello, pongo todo mi empeño,
a sabiendas de que
si bien las letras me acompañarán siempre,
no habrá ni una sola que pueda reemplazar
el luminoso y homérico roce de una piel
que cualquier mujer haya podido regalarme nunca."
En el prólogo del libro Luisa Pastor habla sobre el escepticismo en la mirada del poeta de hoy (en palabras de la poeta polaca Wislava Szymborska) y enlaza la poesía de ambos porque "les une la ironía, el humor, la sorpresa ante un mundo complejo del que los poetas como ellos dan cuenta con asombrosa sencillez y desparpajo. Sus poéticas revelan, asimismo, la reivindicación de las cosas nimias y de la sonrisa." Coincido plenamente con estas palabras y esta opinión sobre la poesía de Álvaro Giménez García. Aunque, entre ironía y sonrisa, en ocasiones se revelan verdades y miserias que se enmascaran o se eluden. Como ocurre en Atópica.