lunes, 28 de junio de 2010

DIOS Y SUS CÓMPLICES, de Aarón García Peña


Hace unos días tuve la oportunidad de ir a Madrid para presentar en la Feria del Libro, junto con otros poetas amigos de Barcelona, la antología Charnegos/Xarnegos. Y, aprovechando la coyuntura del viaje, pasé por el Ateneo de Madrid, una casa de cultura que me trae unos hermosos recuerdos, pues allí, hace muchos años, tuve la oportunidad de presentar mi primer libro de poesía Lágrimas de rojo niebla y compartir recital con la poeta Carmen Albert. Quiso la fortuna que aquella noche se presentara una antología poética de la mano de Balbina Prior y el editor Basilio Rodríguez Cañada, dentro del ciclo "Los viernes de la cacharrería". Antes del acto saludé y felicité al poeta Emilio Porta por el premio "Blas de Otero" y éste me presentó al poeta Aarón García Peña, con quien había intercambiado correos electrónicos pero a quien no conocía personalmente. De aquella conversación cordial surgió la entrega de un libro de poesía Dios y sus cómplices que fui leyendo al día siguiente, para asombro del pasajero de al lado, en el avión de regreso a Barcelona.
Dios y sus cómplices es un libro que aborda la figura de dios desde distintos ángulos y perspectivas. Creo que hay una visión para cada persona, para cada manera de entender la fe y su relación (desde la más creyente a la más atea, pasando por otros estados intermedios) con el Creador. Es un ejercicio, sin lugar a dudas, atrevido y original. Quizá porque dioses hay muchos y hay tantos cómplices como dioses. Y porque cada visión, cada complicidad, cada poema, está escrito desde un distinto prisma (lo que obliga al poeta a desdoblarse, a multiplicarse) y cada voz requiere de un tono distinto, de un discurso diferente, de un ritmo poético de variada factura. En ese ejercicio de multiplicidad, de complicidad con los cómplices, Aarón logra llevarnos hacia su terreno, involucrarnos en la manera de pensar y de expresarse de cada uno de los protagonistas del libro (el devoto, el agnóstico, el ateo, el satánico...) y hacer que, irremediablemente, tomemos partido por un bando, confirmándonos en un cómplice más del libro. En esta apuesta Aarón nos muestra las dotes de un poeta con diferentes registros, que sabe abordar un mismo tema desde diferentes planos discursivos, con sobrada inspiración, imaginación y técnica.
Aarón García Peña nació en Madrid, es autor de otro libro de poesía "Cuidado, macha" y director de la revista digital Carretera y Manta.
Es difícil seleccionar un poema de este libro para ilustrar su contenido (como he dicho, hay varios libros dentro del mismo libro) pero destacaría la parte del libro titulada María Magdalena junta los labios, una serie de cinco sonetos de gran altura. Como muestra dejo el soneto inicial.

I

No estoy embarazada con dejarme
acariciar por un sólo segundo.
Si contagio la vida en este mundo
será porque accediste a desnudarme.

Me dejo merecer antes de ahogarme
sobre tu sexo puente y vagabundo.
Te digo una vez más que no fecundo
si meces tu sudor sin consolarme.

Aprendiste a rezar por cobardía.
Aunque aplaques el tiempo con razones
la castidad es una herida fría.

En el color azul el cielo pones.
Hoy toca destaparse por el día
y suicidar mi noche en tus rincones.

Aarón García Peña

jueves, 10 de junio de 2010

DOS POEMAS DE ROSA LENTINI

En el camino de la noche, entre papeles, poemas y luces de flexo, voy hojeando libros al azar, rememorando escenas de ayeres más lejanos o próximos, leyendo versos cazados de manera improvisada, sin más intención que atrapar esos versos unidos a un jirón de niebla colgado de una de las ramas del árbol de la memoria.
En el camino de la noche me entrecruzo con un libro bellamente editado y cuyo título es La noche es una voz soñada, escrito por la poeta Rosa Lentini y publicado en la editorial Pamiela.
Rosa Lentini es directora de la colección Igitur de poesía y, con anterioridad fue directora de la revista de crítica y creación poética Hora de Poesía, revista que fundara su padre, Javier Lentini.
Un libro hermoso, un libro escrito con la precisión de quien escoja las palabras acertadas, plasmando lo justo y necesario, huyendo de versos que sobran o palabras que se precipitan sobre el hueco de la nada. Con versos breves, con poemas en prosa, Rosa va tejiendo esa red de confidencias que establecen dos cuerpos y dos voces en el camino de la noche. Es amor en un sentido amplio, que abarca más allá de las cuatro paredes donde la intimidad gesta su límite de sombras; un amor que se funde con la naturaleza, con su entorno, con el lugar donde la noche alienta el roce de alientos rasos, genuinos, reencontrados...
En ese cruce de versos y palabras, bajo la luz del flexo, frente al ventilador, voy leyendo los poemas de este libro, voy desgranando sus frutos, voy caminando con ellos hasta herirme los ojos con el perfil de la madrugada...
.
La luna tiembla en un mar en calma
mientras mi mano busca atrapar pequeños peces
que se me escapan por entre los dedos;
alguno roza aturdido las yemas
y el contacto es directo, definitivo.
En el fondo se esculpen perfiles de arena
que miran cegados poe la sal del agua hacia lo alto:
caminas entre ellos, pisando sus cabellos,
haciéndote presencia invisible,
diluyéndote en las burbujas de sus bocas inundadas.

Te nombro desde la página
donde tu rostro ciego parpadea,
te nombro en los gestos simulados del sueño.
Empiezo tu retrato y mi mano guía el trazo,
mide tus pupilas,
ilumina el contorno de tu iris.
Pedías: "bórrame los ojos, redibújalos".

Rosa Lentini