sábado, 25 de septiembre de 2010

ESCALADA LIBRE, de Elisa Rueda

Poco antes de marchar de viajes de vacaciones a Menorca, tuve la oportunidad de recibir un libro de poesía titulado Escalada libre, de la poeta Elisa Rueda, nacida en Markina-Xemein (Vizcaya) pero residente en Vitoria.
Allí, en Menoca, en la playa de Son Xoriguer, tuve la suerte y el placer de amenizar las tardes con la lectura de sus poemas. El título del libro sugiere una lectura de versos arriesgados, de perfil vertical, de aristas cortantes. Pero algunos de los poemas evocan o nos llevan a visitar la arena y la agua de otra playa, la de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria.
Pero el libro, como alguien poco versado en la libertad de las palabras en poesía pudiera pensar, no es un manual de montañismo y sí, el reflejo de aquellos aspectos de la vida que aborda esta joven poeta y que, como primera vez que una persona se enfrenta a estos dilemas cotidianos, se atraviesan como si de una escalada libre, sin arneses y sin mosquetones, se tratara.
Porque la vida, el descubrimiento de que "la vida iba en serio", nos deja en numerosas ocasiones sin ayudas, y sin herramientas, que nos permitan asirnos a la piedra para evitar la caída y, aún asiéndonos al filo cortante de las emociones, no evitamos sentir en la piel, en la carne, los cortes de la dura realidad. Pero ello, tampoco, no es menoscabo para que, dentro de esta aventura, conozcamos las mieles del amor y su profunda huella.
El libro está dividido en cuatro partes: Inclinado vertical, Vertical a extraplomado, Pasos de búlder con pies de gato y Vertical continúo. Psicoblocks. Posiblemente, como es mi caso, este lenguaje específico de escaladores de montaña, nos dejará un poco descolocados, pero a medida que la lectura nos introduce en las claves de la poesía de Elisa, en su particular manera (en ocasiones, breve y aguda como el escaso filo que nos ofrece una roca) de abordar el poema, se comprende esta peculiar lección de alpinismo que, sin duda, es la vida misma.
Como he comentado, se abordan temas cotidianos, las eternas preguntas que no tienen respuesta pero que tenemos la necesidad de preguntar constantemente para comprender la existencia y para comprerdernos; la vida y el amor, la ausencia, la soledad, la belleza del paisaje, la memoria de lo vivido, las ansias de vivir... Todo ello va deslizándose por la cuerda que nos acompaña en la escalada, todo ello sube con nosotros al ritmo del paso del tiempo, todo ello es parte de la seguridad de la mano en la roca y la pierna en el abismo... Una poesía, la de Elisa, que parte desde la conciencia de una mujer que reivindica su esencia de mujer, la igualdad de una voz que no debiera ser diferente -en valor, en altura- por ser mujer. No es poesía feminista -así no lo interpreto- si no poesía de una mujer que habla con la claridad y la conciencia social de su tiempo.
Quisiera dejaros los poemas VOZ DE MUJER y NAUFRAGIOS como mínimo ejemplo, pero suficiente, para valorar su poesía.

VOZ DE MUJER

Sin gritar,
puedo utilizar mi voz aguda de mujer
para explicarte mi opresión.

Puedo hablar de un juguete plegado
en una caja con tapa.
para enseñarte mis cadenas.

Puede que no sean siempre necesarias
palabras que muerdan
para anunciarte mis decisiones.

No quiero sentirme maniatada
otra vez por el lenguaje.
Puedo reivindicar con diminutivos
aunque no lleguen a la altura de tus ojos.

¿Quién eres tú
para decirme que una voz suave
no puede hablar de un dolor profundo?

NAUFRAGIOS

Esta tarde gris
se viste de acantilados.
Presagio de aristas
en las piedras negras
revolcadas en la arena.

No es mi mar de otros dias.

Hoy las olas
desbordan naufragios en la orilla.
Y la playa ya es sólo
rumor de ausencia,
espuma de ausencia,
salitre de ausencia,
canon de ausencia.

Un océano de soledad infinita
en mis manos frías.

Elisa Rueda

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