Durante este año, dentro de la parcela de las letras catalanas, celebraremos el centenario del poeta Màrius Serra. Màrius nació en Lleida en el año 1910 y murió en Sant Quirze de Safaja el año 1942. Ambas fechas coinciden con las del otro poeta que será homenajeado este año, Miguel Hernández.
Màrius contrajo la tuberculosis a los 25 años y, debido a su delicada salud, pasó el resto de su vida residiendo en sanatorios. Su producción poética coincide con el período de la guerra civil española y los años posteriores hasta su muerte. En sus poemas subyace una simbiosis entre el sufrimiento físico del día a día y el sufrimiento colectivo de la patria vencida.
Permaneció inédito hasta el año 1947. Ese año su amigo Joan Sales publica en México, póstumamente, el libro Poesies, una recopilación de la obra, breve pero muy intensa, de este poeta catalán. Obra poética que influyó de manera decisiva en sus contemporáneos y en generaciones posteriores. Actualmente está considerado como uno de los poetas catalanes más importantes del siglo XX.
Confío que, durante todo este año, serán muchos los homenajes y recitales que se realizarán para conmemorar este centenario y acercarnos a la poesía de este gran poeta que, como Miguel, murieron demasiado joven.
PALABRAS DE LA MUERTE
¡Tú, joven moribundo que me has llamado Amarga,
amargos son tus labios para conocer mi gusto!
Si me encontrases al final de una vida más larga
cuando me llamases Dulce también serías injusto.
Mi sabor está hecho con millones de vidas
que ha apagado mi beso, oscuro en su helor:
Astros, almas, dioses. Ahora eres tú quien llama,
seré un instante amargo en tu amargor...
Gran ave del silencio, indiferente y muda,
hermana de la Noche, sobre carne vencida
mi vuelo es profundo y pálido, pero breve.
Calmo, con dedos de reposo, su último desvarío;
pero, más que la angustia, me fuerza a no pararme
la luz de alba del ángel que viene detrás mío.
Màrius Torres
traducción: José Luis García Herrera
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